Falta de clases de natación en Quebec: Francia, líder en seguridad acuática

Por qué Quebec debe mejorar el acceso a las clases de natación para prevenir los ahogamientos

Quebec se enfrenta a un verdadero problema de seguridad pública en lo que respecta al acceso a los cursos de natación.

Con muchas masas de agua y ríos, no saber nadar representa un gran peligro. Por desgracia, según encuestas recientes, sólo uno de cada diez niños tiene acceso a clases de natación en algunas regiones de Quebec. Esta cifra es especialmente alarmante en una provincia con tantos ríos y lagos, donde ahogarse es un riesgo constante. Compárese con Francia, donde el acceso a la natación está facilitado y ampliamente integrado en los programas escolares.

La crisis de las infraestructuras en Quebec

El acceso a las clases de natación en Quebec dista mucho de ser adecuado. En Longueuil, por ejemplo, sólo el 6% de los 37.000 niños pueden matricularse este año. En Saguenay, la situación es similar: apenas el 10% de los 18.000 jóvenes de la región pueden aspirar a una plaza. Esta escasez se ve agravada por el cierre de muchas piscinas públicas y la crítica escasez de monitores de natación.

Sandra Bérubé, propietaria de Aquatitude, ilustra bien esta crisis: "Tenemos 580 plazas, pero ya hay 430 nombres en lista de espera". Señala que la situación empeora con el tiempo, sobre todo por la falta de piscinas disponibles.

Testimonios: la angustia de los padres quebequeses

Para muchos padres quebequeses, conseguir una plaza para sus hijos es todo un reto. Anne-Marie Cadieux, propietaria de una escuela privada de natación en Montreal, recibe todos los días llamadas de padres desesperados. "Buscan una plaza para sus hijos, pero sencillamente no hay plazas disponibles. Es un gran problema, sobre todo para los niños con necesidades especiales, como los que padecen TEA.

Esta escasez generalizada repercute directamente en la seguridad de los niños, como afirma Raynald Hawkins, Director de la Sociedad de Salvamento Es esencial que todos los niños tengan acceso a clases de natación, o al menos a los conocimientos básicos para sobrevivir en el agua.

Francia: un modelo de accesibilidad generalizada

En Francia, aprender a nadar es una prioridad. Desde la escuela primaria, los niños se benefician de clases regulares gracias a una asociación entre las escuelas y las piscinas municipales. Casi el 80% de los alumnos franceses aprenden a nadar antes de la secundaria. A diferencia de Quebec, donde las infraestructuras son a menudo insuficientes, las escuelas francesas desempeñan un papel crucial en el acceso a las clases de natación.

Además, los programas escolares obligatorios permiten que todos los niños se beneficien de una formación de calidad, supervisada por profesionales cualificados. Esto tiene un efecto directo en la reducción del número de ahogamientos, con estadísticas muy inferiores a las de Quebec.

Por qué Quebec debe actuar ya

Pierre Lavoie, promotor de la actividad física, es categórico: "Si algún lugar debería hacer obligatoria la natación, es Quebec. Tenemos medio millón de lagos y ríos, y los niños estarán inevitablemente expuestos a ellos". Lavoie reclama un plan provincial que garantice a todos los niños el acceso a clases de natación, basado en el modelo francés.

Es esencial que el gobierno de Quebec invierta en la renovación de las infraestructuras existentes y en la formación de nuevos monitores. En la actualidad, muchas piscinas construidas en los años 70 están en mal estado y necesitan una renovación urgente. Iniciativas como el programa Nadar para sobrevivir, que enseña conocimientos acuáticos básicos, son un buen primer paso, pero no bastan para satisfacer la demanda actual.

Conclusión: Un contraste sorprendente entre Quebec y Francia

Mientras que Francia ofrece un acceso casi universal a la natación, Quebec sigue enfrentándose a una crisis estructural que debe resolverse rápidamente. Con unas tasas de ahogamiento en aumento, urge poner en marcha soluciones duraderas para que todos los niños de Quebec tengan acceso a esta habilidad vital. No saber nadar ya no debería ser una opción en una provincia donde el agua está por todas partes.

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